El goteo de la canilla suena. A lo lejos un niño de aproximadamente 9 años, duerme. Duerme plácidamente, e intenta no despertarse por el ruido interminable. Se levanta, ya cansado del goteo y abre sus ojos y lo ve. Un espécimen nunca encontrado antes o él se lo imaginaba. Su rostro se torna desesperado, con angustia y miedo. La gran cosa o como podía llamarlo un niño de 9 años el "Monstruo" lo calló, el niño desesperado por encontrar una salida a aquel sueño tan terrible en el que estaba viviendo lo llevó a echar un grito el cual (más bien) deseó no haberlo hecho...
Inhaló y exhaló, inhaló y exhaló. El pobre niño, no podía recordar como había llegado a tal lugar, sus ojos estaban cegados a causa de un pañuelo que se apoyaba sobre ellos. El individuo, se arrimó hacia él y lo olfateó. Su nariz ardía, nunca había olido tal aroma que lo provoque tanto. Le retiró el pañuelo de sus ojos y el niño vislumbró. Pestañeó varias veces y luego susurró - ¿Qué hago aquí? - tragó saliva. El sujeto, no omitió palabra. Y se dirigió hacia un cuarto. Dejó al niño solo y en la penumbra. El niño gritó, gritó con todas sus fuerzas hasta que sus cuerdas vocales se gastaron de tanto esfuerzo. Al día siguiente...
01 noviembre 2010
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Mi amor, la libertad no es fantástica no es tormenta mental que da el prestigio loco es más gruesa y oscuridad y el chasquido que quiere proteger ése grito que no es todo el grito.
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